Con una particular visión cÃclica del tiempo, en la que la vida y la muerte son solo dos estadios dentro de la permanente transformación, Javier Pérez enfatiza y desafÃa poéticamente la frágil lÃnea entre conceptos paradigmáticamente antitéticos como atracción y rechazo, interior y exterior, opacidad y transparencia, carnalidad y espiritualidad o vida y muerte, invadiendo el espacio expositivo con una perturbadora e inquietante, pero no por ello menos esperanzadora, carga de fragilidad.
"El tiempo es la sustancia de la que estoy hecho. El tiempo es un rÃo que me lleva, pero yo soy el rÃo" escribió Jorge LuÃs Borges. Javier Pérez parece recoger el mensaje y entregarse también al flujo vital de la Naturaleza como medio para evidenciar y mostrar sus inquietudes y reflexiones acerca del paso del tiempo. "Me interesa la ambigüedad que muestran ciertas formas. Existe una familiaridad entre lo animal y lo vegetal; ambas están determinadas por la misma ley implacable: solo existen en un estado de transformación constante" nos dice Javier Pérez.